jueves, 7 de enero de 2010




Desde finales del siglo XIX y hasta finales del siglo XX la radiología utiliza la proyección convencional con películas para capturar la imagen de Radiografía.
La película expuesta se procesa químicamente y se crea una imagen visible para el diagnóstico. Alrededor de los años 60, la película de radiografía en combinación con pantallas intensificadoras fue el método más utilizado debido a su funcionalidad y la calidad de imagen obtenida.
Con las películas radiográficas se han ejecutado todo tipo de funciones: capturas, visualización, almacenamiento y comunicación de los datos con la imagen.
Muchos investigadores creen que sólo se puede esperar de estos sistemas de película pequeñas mejoras en calidad de la imagen en el futuro.
Las modalidades de la imagen digital, tales como la Tomografía Computada (TC), el Ultrasonido (US) y la Medicina Nuclear (MN), ganaron gran aceptación en la década de los años 1970 a 1980.
En la decada siguiente de 1980 a 1990 apareció la Resonancia Magnética (RM) y la Angiografía por Sustracción Digital (DSA), fortaleciendo la tendencia hacia la imagen digital.
Aun así, la radiología convencional con película constituía entre el 65% al 70% de todos los exámenes de diagnóstico que se realizaban.
No es hasta la década de los años 1990 a 2000, que todo el esfuerzo por integrar la radiología en un ambiente digital lleva a los tecnólogos a pensar en medios que requieran compromisos satisfactorios para la conversión de la radiología convencional.
Un primer paso fue la utilización de los sistemas de digitalización de películas mediante escáneres, el segundo con la aparición de los primeros sistemas de películas de fósforo y, finalmente, los sistemas de captura directa.
Durante los 10 últimos años, las investigaciones realizadas sobre la alternativa de la imagen digital sin películas han llevado al desarrollo de sistemas de captura directa de la imagen digital. Sólo recientemente, es técnicamente posible y económicamente viable utilizar tecnologías electrónicas para reemplazar la película radiográfica en tres de sus cuatro funciones: visualización, almacenamiento y comunicación.
El despliegue de monitores de alta resolución con elevada luminosidad, las altas prestaciones de los ordenadores actuales representados por las estaciones de trabajo, la posibilidad de tener imágenes digitales activas en dispositivos de almacenamiento que pueden recuperar grandes cantidades de datos e imágenes y las redes modernas que son capaces de transmitir imágenes archivadas a gran velocidad, donde y cuando se requieran, ha permitido definitivamente ganar la batalla de la imagen digital.

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